ATENCIÓN TEMPRANA

El periodo comprendido entre 0-6 años de un niño es especialmente crítico para detectar e intervenir en las posibles alteraciones que en su desarrollo se puedan presentar, así como para prevenir la posible aparición de dificultades en etapas posteriores.

Un niño puede presentar o sufrir el riesgo de padecer una alteración en su desarrollo evolutivo que puede ser específica de un área (como por ejemplo la motora), o de la comunicación y el lenguaje, del área socio-emocional, cognitiva, en la adquisición de hábitos básicos en su autonomía, o bien presentar un retraso generalizado.

Los padres necesitan estar orientados y sentirse partícipes de cada paso que se da en el proceso de aprendizaje del niño, así como de la adquisición de nuevas habilidades y destrezas. Así, uno de los objetivos de la Atención Temprana es fortalecer las capacidades y competencias de cada familia en su entorno natural.

Desde el campo de la Atención Temprana se aportan y se aplican de forma integrada las técnicas relacionales, de estimulación, fisioterapia, psicomotricidad, logopedia, necesarias para tratar las necesidades específicas de cada niño (Libro Blanco de la AT).

Detectar, Atender e Intervenir tempranamente es fundamental para conseguir el máximo desarrollo de sus capacidades y ayudarle a superar sus limitaciones, así como prevenir que éstas puedan aumentar en etapas posteriores de su desarrollo.

La población infantil atendida desde el ámbito de AT abarca los siguientes aspectos:

  • Alteraciones en la comunicación, imaginación, sociabilidad y juego. TEA en sus diferentes manifestaciones: Autismo, Asperger.
  • Alteraciones del Desarrollo Evolutivo: lenguaje, cognición, socialización, retraso psicomotor.
  • Riesgo peri, pre o post-natal. Alto Riesgo Biológico o social (prematuridad, bajo peso).
  • Alteraciones Genéticas o cromosómicas